O mejor dicho lo que antes fue una cárcel y ahora es un hotel de 4 estrellas. La idea puede parecer macabra pero lo cierto es que es un negocio redondo y eso bien lo sabe la cadena hotelera Liberty. Se han dedicado a transformar por todo el mundo antiguas prisiones ya cerradas o clausuradas en establecimientos de lujo con todo tipo de comodidades.
Este que vais a ver es su última adquisición; la antigua carcel de Rhineland, Alemania. Hitler la utilizó para mantener prisioneros a miembros de la resistencia francesa durante la II Guerra Mundial y hoy, tras una amplia reforma, es un magnífico hotel con 38 habitaciones de lujo. Sin duda, nunca una estancia en la “milla verde” fue tan placentera.
When it comes to designer living, many of us have heard of warehouse conversions, fire station conversions and even flour mill conversions. What’s probably not as common though is a jailhouse conversion. Until now.
Germany’s latest Liberty Hotel was a working prison just under a decade ago but has since been repossessed and transformed into a 38-room luxury accommodation. The property features two robust (and we mean breakout-proof levels of robust) sandstone buildings and is situated in Germany’s southern Rhineland.
El hotel mantiene ha querido mantener las puertas de seguridad, las rejas e incluso los alambres de espino pero, eso sí, dotándolo de cierto encanto. El mobiliario son piezas diseñadas por Patricia Urquiola y Antonio Citerio para Axor y el antiguo patio de reclusos se ha cubierto de vidrieras y ahora es una estupenda cafetería donde charlar animadamente.
Y para los que querais saber si las antiguas celdas de los prisioneros son ahora las habitaciones de los huéspedes la respuesta es sí. Donde antes pasaban las horas los reos sin nada que hacer ahora son confortables estancias con todo tipo de comodidades. ¿Os apetece el plan? Yo estoy deseando.
Behind the heavily fortified sandstone walls, the prison aesthetic has been swapped out for cool interior pieces by Patricia Urquiola and Antonio Citterio for Axor. Even the jail’s former exercise yard was given a warm civilian revamp with linking glass now spanning most of the outdoor area.
The adjoining restaurant is an equally elegant affair with Alain Ducasse graduate chef Jeremy Biasiol looking after the grub.
Those with a keen eye will also notice that the fortified jail cell doors have been retained in individual suites to give a hint of what the building once was. Really, who doesn’t like a prison ghost story?
¡Impresionantes acabados! Es increíble lo mucho que puede cambiar de aspecto un lugar empleando un tipo de mobiliario y estilo decorativo en concreto. Sin duda, cualquier espacio puede llegar a ser tan impresionante como este. En https://www.mueblesdeluxe.com/ también podrás encontrar un look hogareño tan elegante como el de este hotel.