Aún recuerdo con angustia la primera vez que vi La cabina de Antonio Mercero. Fue una noche de verano con mi hermano mayor y ninguno de los dos pudimos dormir aquella noche.
Y es que este mediometraje de 37 angustiosos minutos, una de las joyas del cine español, toma la forma de relato de terror encerrando al genial José Luis López Vázquez en una cabina telefónica a la vista de todo el mundo. Está atrapado, no puede salir y nadie es capaz de ayudarle. Una experiencia asfixiante que ahora cuenta con su propio monumento conmemorativo en Madrid, concretamente, en la plaza del Conde Valle de Suchil, muy cerca de donde se rodó.
Os confieso que ver esta replica de la cabina ahí plantada, en ese pedestal tan solitario despertó en mi todos algunos de esos temores infantiles que creía olvidados.
La cabina llega en un momento en el que se están retirando todos los aparatos de este tipo en las calles de las ciudades españolas. Ha sido construida por la Fundación Telefónica, igual que las originales de la época en la que se rodó la película de Mercero. Es roja (el color metálico llegó después), está cerrada y un poco elevada para evitar posibles actos vandálicos y sus medidas son un poco más grandes que las de la que encerró a López Vázquez.
I still remember with anguish the first time I saw Antonio Mercero's film La cabina. It was a summer night together with my older brother and neither of us could sleep that night.
This medium-length film of 37 agonizing minutes, one of the jewels of Spanish cinema, takes the form of a horror story by locking the brilliant actor José Luis López Vázquez in a telephone box for everyone to see. He is trapped, he can't get out and nobody is able to help him. A suffocating experience that now has its own memorial in Madrid, specifically in Plaza del Conde Valle de Suchil, very close to where it was filmed.
I confess that seeing this replica of the cabin standing there, on that lonely pedestal, awakened in me some of those childhood fears that I thought were forgotten.
The cabin comes at a time when all the devices of this type are being removed from the streets of Spanish cities. It has been built by the Telefónica Foundation, just like the original ones from the time when Mercero's film was shot. It is red (the metallic color came later), it is closed and a little elevated to avoid possible vandalism and its measurements are a little larger than those of the one that enclosed López Vázquez.
La cabina se estrenó el 13 de diciembre de 1972 en la Primera Cadena de TVE, treinta minutos que impactaron a la audiencia cuando apenas sólo existía ese canal. A partir de entonces los usuarios de las entonces abundantes cabinas telefónicas ponían el pie en la puerta para no verse encerrados como el agónico personaje de López Vázquez.
Las interpretaciones sobre La cabina fueron numerosas y delirantes hasta lo descabellado. A Antonio Mercero le gustaba ir a foros para asombrarse con las versiones que llegaban a hacer expertos y estudiosos del telefilme. La academia estadounidense observó que esta obra de la TVE del franquismo era una parábola sobre el ahogo social que vivía España. El director insistió siempre en que lo que quería hacer es un cuento de terror.
Así es que, casi medio siglo después de la primera emisión de la película en TVE, el Ayuntamiento de Madrid ha acabado instalando la réplica de la cabina de Antonio Mercero, de la que se ha encargado el escultor y responsable de attrezzo de Cuarto Milenio, Juan Villa.
La cabina premiered on December 13, 1972 on TVE's Primera Cadena, thirty minutes that shocked the audience at a time when only that channel barely existed. After the broadcasting of the film, the users who used many telephone booths at the time put their foot in the door to avoid being locked in like López Vázquez's agonizing character.
There were plenty of interpretations of The Phone Booth, and they were delirious to the point of absurdity. Antonio Mercero liked to go to forums to be amazed by the versions that experts and scholars of the telefilm came up with. The U.S. Academy noted that this work of Franco's TVE was a parable about the social suffocation that Spain was experiencing. The director always insisted that what he wanted to make was a horror story.
So it is that, almost half a century after the first broadcast of the film on TVE, the City of Madrid has finally installed the replica of the cabin of Antonio Mercero, which has been commissioned by the sculptor and head of props for Cuarto Milenio, Juan Villa.
La plaza originaria donde grabó el equipo de TVE La Cabina es ahora un espacio privado por lo que se ha optado por Conde de Suchil para exhibir este testimonio sobre Mercero y uno de los programas más rupturistas y asombrosos en su momento que emitió la cadena pública.
Si aún no la habéis visto, no os la perdáis. El trabajo del ya fallecido José Luis López Vázquez fue antológico, sin apenas diálogos, y sólo los breves segundos en los que aparece Agustín González revela el talento de aquella generación de actores. La cabina se puede ver en Youtube y RTVE Play.
The original square where the TVE crew recorded La Cabina is now a private space so Calle Conde de Suchil was the chosen one to expose this testimony about Mercero, probably one of the most groundbreaking and amazing TV programs at the time that the public channel broadcasted.
If you haven't seen it yet, don't miss it. The work of the late José Luis López Vázquez was anthological, with hardly any dialogue, and only the brief seconds in which Agustín González appears reveal the talent of that generation of actors. The cabin can be seen on Youtube and RTVE Play.
Llevo puesto unos pantalones de BALENCIAGA y una cazadora de ZADIG & VOLTAIRE. Las zapatillas son de COS.
The pants I'm wearing are from BALENCIAGA and a jacket from ZADIG & VOLTAIRE. The sneakers are from COS.
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